lunes, 9 de septiembre de 2013

Dylan, el poeta.

Hay algo en Dylan que me invita a soñar. Tenía una pluma, un marcador, una bitácora y en mis audífonos Dylan recitaba poemas. Era irresistible no mover la pluma en torno a los sueños que me provocaba el maestro con su música. El resultado es poco complejo, no busca ser pretencioso, sólo captar eso que me produjo sentir Dylan, ese pensamiento curvilíneo y seductor en ella sabe quien. Dos canciones, dos garabatos que se extendieron a través de dos hojas de un pequeño cuaderno, después de todo ¿quién me puede culpar por no resistir la tentación?.


Lay Lady Lay.


"Lay, lady, lay, lay across my big brass bed
Whatever colors you have in your mind
I'll show them to you and you'll see them shine
Lay, lady, lay, lay across my big brass bed
Stay, lady, stay, stay with your man awhile
Until the break of day, let me see you make him smile
His clothes are dirty but his hands are clean
And you're the best thing that he's ever seen"







Sad Eyed Lady of the Lowlands

(No logré encontrar la canción original en Youtube, así que incluí un buen cover de Phoenix)

"And your flesh like silk, and your face like glass,
Who among them do they think could carry you?
Sad-eyed lady of the lowlands,
Where the sad-eyed prophet says that no man comes,
My warehouse eyes, my Arabian drums,
Should I leave them by your gate,
Or, sad-eyed lady, should I wait?"




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