domingo, 25 de agosto de 2013

Calidad de vida y hábitat saludable.

Los arquitectos gestamos espacios que habitan los seres humanos en su diario vivir, dentro de estos se pasan la vida soñando, trabajando y a su vez gestando sus propios proyectos. Estos espacios influyen directa e indirectamente, consciente e inconscientemente en la forma en que estos desarrollan sus vidas por lo que como diseñadores de esos espacios es nuestra responsabilidad velar porque estos tengan un impacto positivo en su salud mental, emocional y física. 


La importancia de las decisiones


Las decisiones que se toman a la hora de diseñar repercuten directamente en la calidad de vida de los habitantes, escaleras tradicionales en cuanto la altura del edificio lo permita, boulevares que inviten a la gente a transitar "a pie", la creación de parques públicos y espacios con suficiente iluminación y ventilación son algunos ejemplos (quizás los más obvios) sobre cómo se puede intervenir de manera positiva e intuitiva, la salud física y mental de la población. Como queda claro con estos ejemplos, estas decisiones se impulsan a nivel macro mediante planificación urbana y la creación de espacios públicos, abiertos, colectivos e inclusivos, y a nivel micro, relacionada más íntimamente con el individuo y su entorno más inmediato y personal. Estos cambios que se introducen por medio de la arquitectura modifican los estilos de vida y dan indicios deben ser utilizados, de esta forma podemos introducir de manera menos evidente algunos otros hábitos saludables, como la creación de mercados de productos orgánicos y frescos, ciclovías, espacios culturales y de esparcimiento, instalaciones deportivas, centros de capacitación y desarrollo integral, así como infraestructura vial y transportes públicos de bajo impacto ambiental que conecten efectivamente estos puntos evitando así la fragmentación de las ciudades que se ha comprobado tiene un impacto negativo en la población. 

La importancia de la población

Algunas de estas estrategias actúan como incentivos para la población que muchas veces toman decisiones menos saludables a falta de una alternativa mejor. Es de suma importancia la participación de los habitantes en estos espacios, estos asimilan el ambiente y lo hacen propio, dándole así vida y reforzando el sentido comunal que es tan importante en el desarrollo de proyectos más saludables. Cuando la población se involucra en estos proyectos se crean nuevas iniciativas más efectivas al estar conscientes de las necesidades reales de la ciudad.


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