domingo, 6 de julio de 2014

Del concepto a la forma





Una de las fases que más reto presentan a la hora de iniciar un proyecto es la escogencia de un punto de partida, la decisión de que semilla plantar, de un concepto a partir del cual trabajar y dirigir las intenciones del mismo. No hay receta definitiva, no hay un primer paso definido, es aquí donde se torna complejo.

En el caso del lote en el que se desarrollo el proyecto me llamo especialmente la atención un tipo de árbol presente en varios sectores del mismo. Un árbol que se encarga de dar sombra con sus particulares características, el higuerón. Sus raíces parecen delimitar espacios, espacios positivos y negativos contenidos en su forma que pueden ser de gran provecho a la hora de diseñar el proyecto.












Los 3 primeros modelos son exploraciones geometrica a partir de las plantas esquemáticas y de los espacios generados por las raices del higuerón. Los intentos eran conceptuales y aunque tenía cierta noción de escala aún no tenía proporciones reales, sin embargo empezaba a darle forma al proyecto.

Primer modelo conceptual.
Segundo modelo conceptual.

Los siguientes dos modelos buscan la simplificación de la forma sin dejar de lado el concepto original, ya que los intentos anteriores tenían un cierto desorden en la forma y el objetivo principal era mantener la esencia del concepto con un ordenamiento distinto.

Cuarto Modelo.

Quinto Modelo.

Sexto Modelo

Finalmente el sexto modelo busca reconciliar los modelos preliminares con el ordenamiento posterior de las formas. La cubierta claramente definida es el aspecto más representativo del proyecto. Una de las intenciones del proyecto es crear una distinción entre los espacios y la cubierta, lográndose esto gracias a la independencia de la envolvente con respecto los aposentos que esta resguarda.






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