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| "Fotografía original de Ricardo Chaves Hernández" |
La máquina de Rube Goldberg debe su nombre a un caricaturista, escultor, escritor, inventor e ingeniero estadounidense que en una serie de caricaturas tituladas "Inventions of Professor Lucifer Gorgonzola Butts", representaba unas absurdamente complejas maquinas creadas por el ficticio Prof. Butts. Estás maquinas han pasado a formar parte de la cultura popular debido a su carácter casi cómico y extremadamente intrincado que permite explotar la creatividad y el juego que podría no aplicarse a modelos de ingeniería mas rígidos y formales.
El crear una máquina de Rube Goldberg supone por sí solo un reto, es una cadena de sucesos que dependen de una gran cantidad de variables para funcionar, es una reacción en cadena en la que cualquier descuido puedo sentenciar el proceso y acabarlo prematuramente, es por eso que el trabajo en equipo es de las cosas más importante en la creación de una.
El reto planteado era simple, crear una máquina de R.G. (funcional por supuesto) que recorriera el edificio de Arquitectura de la UCR y concluyera fuera del edificio, su ejecución no tanto. Entre el dicho y el hecho habían 6 pisos y 4 niveles de taller trabajando juntos. Sonaba a desastre pero a pesar de los tropiezos se logró.
Uno de los obstáculos más inesperados del proceso vino en forma de libertad, la gran cantidad de posibilidades con la que se cuenta es abrumadora. El aterrizar una idea con la ayuda de la caprichosa física que actúa a veces de forma amigable y a veces de forma traidora, es una de las pruebas que pueden resultar un verdadero ejercicio de paciencia e ingenio.
Al final por absurdo que parezca este mecanismo que en ocasiones raya en lo burlón debido a la inmensa cantidad de cosas que pueden salir mal (gracias Murphy) termina siendo en retrospectiva, una fuente de gran ayuda y permite entender el funcionamiento holístico de las cosas, el sin numero de posibilidades y desenlaces que conllevan una simple acción y las reacciones en cadenas que pueden generar tanto un movimiento pensado y planeado como un cabo sin atar en un mundo que no solo se rige por la física, sino también por nuestra capacidad de jugar con él con paciencia y creatividad.
Adjunto un video del proceso de nuestro propio eslabon del proceso y dejo pendiente el video de la máquina en su totalidad que aún no se ha terminado de cocinar.
El reto planteado era simple, crear una máquina de R.G. (funcional por supuesto) que recorriera el edificio de Arquitectura de la UCR y concluyera fuera del edificio, su ejecución no tanto. Entre el dicho y el hecho habían 6 pisos y 4 niveles de taller trabajando juntos. Sonaba a desastre pero a pesar de los tropiezos se logró.
Uno de los obstáculos más inesperados del proceso vino en forma de libertad, la gran cantidad de posibilidades con la que se cuenta es abrumadora. El aterrizar una idea con la ayuda de la caprichosa física que actúa a veces de forma amigable y a veces de forma traidora, es una de las pruebas que pueden resultar un verdadero ejercicio de paciencia e ingenio.
Al final por absurdo que parezca este mecanismo que en ocasiones raya en lo burlón debido a la inmensa cantidad de cosas que pueden salir mal (gracias Murphy) termina siendo en retrospectiva, una fuente de gran ayuda y permite entender el funcionamiento holístico de las cosas, el sin numero de posibilidades y desenlaces que conllevan una simple acción y las reacciones en cadenas que pueden generar tanto un movimiento pensado y planeado como un cabo sin atar en un mundo que no solo se rige por la física, sino también por nuestra capacidad de jugar con él con paciencia y creatividad.
Adjunto un video del proceso de nuestro propio eslabon del proceso y dejo pendiente el video de la máquina en su totalidad que aún no se ha terminado de cocinar.
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